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Si no hacemos de la felicidad el centro de nuestros anhelos, si además nos entregamos generosos a quien tiene, por ser humano, la misma  condición que nosotros, será ella, en todo caso,  quien nos dé alcance.

La felicidad no es el objetivo, sino la consecuencia de la forma en la que elegimos vivir; he ahí lo paradójico de la cuestión.

Publicado en El Confidencial Digital el 13/10/2015

Sobre que la ciencia nos revela cómo lograr la felicidad. Comprometidos con el egoísmo