La neurociencia reconoce como mínimo la existencia de tres redes neuronales : apego, cuidado y sexo que en función de su ponderación actitudinal darán lugar a los distintos tipos de amor. Si bien es cierto que el conocimiento de las redes enunciadas no nos aporta información relevante sobre  la pulsión que justifica el tránsito eléctrico, su conocimiento se nos presenta como un paso ineludible en su futura comprensión.