De un profesor se pretende conocimiento; de un maestro, además ejemplo; de un entrenador, expertise transformadora e impulsora; ¿y de un ponente? ¿Palabras huecas, animadoras, y vacías de contenido? ¿Cómo es la trastienda del mismo? ¿Cumple con la regla de oro? Recomienda a otros lo que no desea para sí. ¡Cuánto humo nos acompaña!
Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.
Deja una respuesta